Encontrando una voz propia de entre las tendencias

TEMAS CON VISIÓN

Como arreglista y productor musical a menudo me encuentro en una posición de quasi-psicólogo donde una buena parte de la labor consiste en escuchar, entender y traducir las ideas de los artistas/músicos en acordes, texturas, melodías, ritmos e instrumentación para así convertirlas en un producto sonoro.

De entre estos aspectos, es común que si el cliente tiene cierto grado de inseguridad (algo prácticamente inherente al arquetipo de artista) este se preguntará, de entre muchas decisiones, si debe o no seguir la tendencia en turno. Tomando como ejemplo el reciente incremento en popularidad de los géneros urbanos así como de los corridos, a nuestro artista hipotético le pueden emerger inquietudes como:

¿Debería hacer una colaboración con algún rapero?

¿Y si incluyo ritmos de Trap/Reggaeton/Corridos en mis canciones?

¿Y si cambio mi look para parecerme a determinado artista?

¿Debería hablar de esta temática de moda? No son suficientes mis seguidores…

¿Y si hago el nuevo trend de TikTok?

Más de una persona podría tomar esta lista de preguntas como una serie de estrategias para lograr un objetivo, pero claro, para ello el objetivo primero debe estar bien definido:

¿Ganancia económica?

¿Aceptación de cierto círculo?

¿Expresión personal?

¿Hobby/Esparcimiento?

Y en ese tenor, me parece curioso observar como en la actualidad uno de los principales objetivos de muchas personas (pues ya no solo aplica en la música o áreas creativas) es ser famoso.

Personalmente, la fama por fama me parece una filosofía utilitaria tan vacía pues carece de sustento: ¿Famoso(a) por hacer qué? Tan solo basta ver los trabajos de ensueño de las nuevas generaciones: YouTuber, Influencer. Y claro, salvo aquellas personalidades que genuinamente crean contenido digital valioso al transmitir algo con sustancia:

¿Qué mérito tan grande le estamos dando al entretenimiento banal, vulgar, aquel que carece de enseñanza alguna?

¿A qué grado de superficialidad hemos llegado para valorar mucho más la envoltura que al fondo?

Y así, incontables músicos, artistas y creativos navegan hoy su carrera con la brújula de la fama, surcando cual barco perdido las olas de las tendencias, olvidando en el camino qué era lo que tanto querían decir en primer lugar.

Ahora: ¿Qué si tiene valor? Sería bastante soberbio de mi parte asegurar tener la respuesta, pero pareciera ser que como humanidad hemos históricamente elevado virtudes como:

La Honestidad, el Respeto, el Conocimiento, la Generosidad, la Compasión, la Sabiduría, la Búsqueda por la mejora continua.

Además como seres humanos genéticamente únicos, poseemos un regalo que es nuestra experiencia/óptica irrepetible en este mundo, un mundo que paradójicamente nos grita “¡Se tú mismo!, ¡Pero así no!”

Al final del día (y después de divagar) mi sugerencia al cliente es “Primero analiza por qué quieres tomar la decisión y después actúa en congruencia a tu respuesta”. Y creo que ese es un buen Norte: La congruencia, e idealmente poner en nuestra balanza el ser por encima del pretender.