Unos dicen “¡hombre! Nacimos sin tik tok, ¡podemos vivir sin tik tok!”. Otros, los más jóvenes, dicen “No podemos de ninguna forma estar sin nuestra red social”.
Si. Es un asunto generacional, pero éste es un ejemplo de cómo hasta los asuntos generacionales son impactados por la política internacional.
Y es que para la generación Z que ha crecido entrando a diario a tik tok como fuente de entretenimiento, educación -y a veces hasta adiestramiento- en su dispositivo celular, (que en nuestra mano se convirtió en nuestro televisor personal dejando atrás aquellas épocas donde había un televisor en la sala y la familia se reunía alrededor para ver programas y conversar), la sola posibilidad que planteó el Congreso estadounidense de prohibir Tik Tok se les ha convertido en un brutal terremoto para su realidad.
El CEO de Tik Tok, Shou Zi Chew ha comenzado a capitalizar esa molestia e incertidumbre de dicha generación insistiendo en frases como “no dejaremos de luchar y abogar por ti y por la increíble plataforma que hemos construido junto a ustedes” y ha instado a sus usuarios a oponerse al proyecto de ley que, de ser plenamente aprobado, podría llevar a la prohibición de la aplicación en Estados Unidos.
No es de extrañar que Shou Zi Chew defienda los números del impacto de su app en la nación norteamericana: 300.000 puestos de trabajo estarían en riesgo, 16.000 millones de ingresos de ese mercado y 170 millones de usuarios que habitan el ecosistema de tik tok se verían afectados.
Sin embargo escucharle decir al CEO de Tik Tok que “durante los últimos años han invertido para mantener seguro los datos de los estadounidenses” no parece ser una aseveración que convenciera a muchos analistas y menos aún a representantes del congreso que llevan rato legislando sobre el tema al ver -a decir de algunos de ellos- que resulta “inconcebible que los datos personales, información socio económica, gustos y demás referencias de los jóvenes norteamericanos estén en manos del enemigo: China”.
Si, Tik Tok es un activo estratégico del gobierno chino y en efecto podría parecer una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, pero la medición de fuerzas no está cerca de terminar.
Si bien el proyecto de ley que pone frente a la pared al representante local de Tik tok (ByteDance) para desvincularse de la Casa Matriz en China ya fue aprobado en Cámara de Representantes, falta su aprobación en el senado y en tiempos pre- electorales, la puja que trae atrás los intereses será larga.
En todo caso habrá que ver si el Senado obliga a ByteDance a desligarse de China para operar como aplicación independiente (con la consecuente caída de valor y rentabilidad) o si China pagará (y cuánto) (y bajo qué concepto) -o incluso los inversores en las campañas de los candidatos-, para que no se termine de aprobar la ley contra Tik Tok en el senado todo lo cual tendrá una afectación real y no es solo en los miembros de la Generación Z.
En los próximos meses tenemos mucho que observar.
