Estimados lectores, es muy claro que como mexicanos hemos vivido durante décadas constantes crisis económicas, si nos tomamos el tiempo de ver películas de Pedro Infante o Cantinflas de los años 50s escucharemos la palabra crisis en muchos diálogos siendo hasta la fecha una constante de vida.
Existen termómetros económicos que utilizan los países para medir el desempeño y bienestar, uno de ellos es el PIB (Producto Interno Bruto) que es un medidor cuantitativo de productividad de un País, el otro muy común es la inflación, que representa la pérdida de poder adquisitivo de la población en el tiempo, a mayor inflación, mayor pérdida de poder económico para adquirir las cosas que consumimos.
La mayor inflación que ha tenido el país en un año fue en la época de los 80´s con un 159.17%. Desde el año 2000 la inflación se ha mantenido en el rango de un digito, siendo la mínima en este periodo en el 2015 como se puede apreciar en la siguiente gráfica:
La buena noticia es que la inflación está relativamente controlada, la mala es que en el 2019 teníamos una inflación del 3.64% y terminamos el año 2022 con 7.82%, la más alta desde el año 2000, lo que significa un 214% de aumento, prácticamente han aumentado más del doble los precios de los 315 productos de la canasta básica, desembocando esto en un deterioro acelerado en la economía de las familias y empresas mexicanas.
Por otro lado, una alta inflación también genera incremento en las tasas de referencia, en enero del 2023 es de 10.5% y por lo tanto el costo financiero de las empresas y familias también se incrementa, provocando merma de la utilidad o capacidad de ahorro.
Tomando en cuenta todos estos factores, podemos asumir que las familias y empresas mexicanas sin duda vamos por el camino de estar cada día más pobres, por lo que debemos tomar acciones concretas que nos permitan amortiguar la pérdida constante y acelerada en nuestro patrimonio y poder adquisitivo, sobre todo porque los ingresos no aumentan en la misma proporción que los precios de los productos que consumimos.
Ante este panorama, es importante llevar un buen control de nuestros gastos, aprovechar oportunidades, descuentos y promociones en los productos que necesitamos, siempre bajo decisiones claras y objetivas de compra.
Además de mantener una constante disciplina en el ahorro para construir nuestro portafolio de inversión que nos permita poner a trabajar nuestro dinero, siempre bajo la estrategia exponencial del interés compuesto y las aportaciones mensuales.
Recordemos que la tasa real, que es la ganancia que nos da nuestro patrimonio descontando inflación, es otro termómetro que nos permite medir si estamos teniendo acumulación de patrimonio en el tiempo o no.
Seguramente estas acciones.
- Harán crecer nuestros ingresos independientemente del sueldo que tengamos y los porcentajes de aumentos del mismo.
- Incentivara en el tiempo de vida laboral el crecimiento de nuestro patrimonio.
- Acumulación constante de nuestra riqueza presente y futura.
- Contrarrestar los efectos negativos que nos ofrecen inflaciones altas y oportunidades de generación de más ingresos en el tiempo.
Los invito a hacer sus propias estrategias financieras que les permitan un mayor bienestar en sus vidas y las de sus familias
