¡Despacio que no hay prisa!

COACHING

La vida pasa tan despacio o tan aprisa dependiendo de cómo la quieras vivir, regularmente escuchamos a la gente decir que no tuvo tiempo, que se le hizo tarde o que se le complicaron las cosas, tomando al tiempo como nuestro mejor aliado para dejar de cumplir, para no afrontar, para mejor callar algo que queremos a veces gritar.

Usamos nuestro tiempo en recordar, en añorar lo que dejamos atrás o en hablar de los demás. Eso nos impide estar conectados en el ahora, dejando así pasar momentos maravillosos de nuestro presente.

Qué hermoso es poder estar con un par de amigos, conectados, disfrutándonos, escuchando atentos con amor y respeto, compartiendo puntos de vista y sacando sentimientos a flote. Ahí es donde el tiempo se detiene, donde la vida pasa despacio, tan despacio que va marcando con magia cada segundo, cada palabra, engalanando el entendimiento, fluyendo la comunicación y dando paso a la claridad. ¿Vale la pena entonces vivir de prisa? Al ir despacio, eliges con quien estar, valoras a quien está, y te maravillas de lo que la vida te da.

Al ir despacio analizas tu pensamiento, entiendes tú sufrimiento y logras tu crecimiento. Al ir despacio también aceptas y amas a quien te tocó ser, con los que te tocó estar y te das el tiempo para gozar. Así tiene que ir la vida, despacio, para disfrutarla, para vivirla.

¡¡¡Despacio que no hay prisa!!!