EFECTOS EN BANCOS CENTRALES SOBRE UNA FED MÁS AGRESIVA

Luis A. Sepúlveda MERCADOS FINANCIEROS

El nivel general de precios se ha vuelto en definitiva el elemento fundamental para la toma de decisiones de la mayoría de las autoridades financieras de los países, dada la complejidad del comportamiento de la inflación a nivel mundial ha estado presionando a los bancos centrales a elevar sus niveles de referencia de tasas de interés y no sólo eso, también ese descontrol de precios ha ocasionado que las autoridades lo hagan de manera más acelerada de lo previsto siendo muy notorio en este 2022.

De hecho a partir de la decisión de la FED que se dio a conocer el 15 del presente mes de elevar en 75 puntos base la tasa de interés y siendo el banco central que más impacta al resto del mundo ha generado dos nuevas condiciones globales; la primera que los autoridades monetarias del resto del mundo comiencen a adoptar una visión más hawkish con acciones más contundentes, la segunda el aceleramiento en el recorte de los balances o quantitative tightening (QT), como una medida de carácter restrictivo de la política monetaria, mediante la cual los bancos centrales recolocan en los mercados financieros bursátiles los activos que fueron adquiridos en sus programas de compras durante la fase de expansión monetaria. Lo anterior obedece al esfuerzo que la FED está procurando para controlar el nivel de inflación que dicho sea de paso no se había visto desde la década de los ochentas.

En similitud el Banco Central de la Gran Bretaña, ha elevado en 25 puntos base su tasa de interés, aunque en el contexto de la decisión esta fue dividida porque tres de sus miembros sugerían un cambio de 50 puntos base, lo que llevaría la tasa de interés de 1% a 1.50% en lugar del 1.25% que resultó al final. Y dejó muy claro que haría lo necesario en acelerar los incrementos a manera de asegurar que la inflación quede anclada al 2%.

Aunque el incremento del Banco de Inglaterra ha sido más consistente en veces (5 subidas ya) y la FED solo lo ha hecho en tres ocasiones pero de manera más agresiva. A todas luces la némesis de los principales bancos centrales del mundo es el nivel general de precios, que no tiene que ver con los acontecimientos internos de cada país, sino con un desequilibrio logístico permanente en el comercio mundial.

Derivado de la pandemia de COVID19, las disrupciones en las cadenas de suministro y cuellos de botella generados en producción y distribución y también por el aumento de los precios de la energía, aunque este ha sido un problema desde 2021, exacerbado por la guerra Rusia-Ucrania y las sanciones de la comunidad internacional contra Moscú.  Este conflicto bélico también provocó un alza en los precios de los alimentos debido al impacto de los dos países en la producción de granos esenciales para la alimentación mundial.  Evidentemente el regreso de las preocupaciones sobre el curso de acción de los Bancos Centrales ante las dudas sobre el control de la inflación, los nuevos desafíos que plantea el embargo petrolero y la posibilidad de alzas permanentes de los precios, está afectando contundentemente en este primer punto mencionado sobre las nuevas condiciones globales.

Otro ejemplo de afectación es la reacción del banco Suizo, que elevó sorpresivamente la tasa de interés en 50 puntos base ubicándose en -0.25% siendo el primer incremento en las tasa desde 2007 y el banco anunció que aunque se tiene una menor inflación en esta zona comparado con el resto de Europa indicó que no dudará en reaccionar con más incrementos para evitar el descontrol de los precios. Otros bancos centrales han elevado también las tasas, como es el Banco Central Europeo (BCE), quien decidió comenzar a subir los tipos de interés en 25 puntos básicos a partir del 9 de julio, cuando se reúna el Consejo de Gobierno de la entidad, con el fin de frenar el fuerte aumento de la inflación por la guerra en Ucrania.

El alza es la primera en 11 años, la cual puso fin a la política de tasa de interés cero que ha imperado en la región, además, el BCE adelantó que “a partir de septiembre será apropiado un ritmo gradual pero sostenido de más incrementos de los tipos de interés”, aunque en este caso no mencionó el volumen de dicho incremento, pues para tomar esa decisión se tomarán en cuenta los datos de la inflación que se registren en esa fecha. El ejemplo de seguir la tendencia de la FED no se aplica sólo para los mercados Globales desarrollados, en Latinoamérica, el banco central de Brasil elevó la tasa de interés de referencia en medio punto porcentual, de 12.75% a 13.25%, en una decisión tomada por miembros del Comité de Política Monetaria. Para nuestro país, Banxico tomará una decisión hacia finales del mes de junio en la cual se espera una postura agresiva pero muy probablemente en línea con el alza de 0.75 puntos porcentuales de la Fed, como parte de un ciclo de alzas que ya es de 300 puntos base desde su inicio.

 “Si hubiera condiciones adicionales que nos tuvieran que llevar a algún incremento adicional respecto al histórico que han tenido las tasas, estaríamos dispuestos a hacerlo” citó Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora de Banco de México. Sin embargo, las medidas de ajuste monetario comienzan a penetrar en la idea de que la economía puede entrar en recesión, ya que el aumento de los precios del recurso financiero apunta a frenar el consumo, que es uno de los principales soportes de la economía tanto de México como del resto del mundo. En lo referente al segundo punto mencionado en este escrito, el aceleramiento en el recorte de los balances, con activos totales de $ 8.9 billones a fines de abril, o el 37% del PIB de EE. UU., la Reserva Federal confirmó su reunión de mayo sobre su estrategia para reducir el tamaño de su balance.

El plan establece una tasa máxima de retiro del balance de $47,500 millones por mes, a través de vencimientos de bonos del Tesoro de $30,000 millones y el resto en activos respaldados por hipotecas (MBS). A partir de septiembre, se espera que la Fed ajuste este límite a $95 mil millones por mes (60 mil millones de bonos del Tesoro y 35 mil millones de MBS).

El anuncio del recorte de balance se produjo mucho antes en el proceso de normalización monetaria que en el ciclo anterior, cuando la Fed esperó dos años entre su primera subida oficial de tipos de interés (diciembre de 2015 y comenzó QT en otoño de 2017). Además, el ritmo de descenso es mucho más fuerte esta vez: en 2017, la Reserva Federal fijó un límite mensual de 50,000 millones de dólares, cuando el nivel inicial rondaba los 10,000 millones. Debido a la naturaleza inusual de esta medida, no existe consenso dentro de la comunidad de analistas sobre el impacto potencial de la disminución del balance (QT), tanto en los mercados financieros como en la economía real.

En particular, QT conduce a una reducción de la liquidez en el sistema financiero, al reducir las reservas bancarias en el banco central, ya que los propios bancos, entre otras instituciones financieras, aumentan el potencial de exposición a los activos propiedad de la Reserva Federal. Así, en la medida en que se reduce gran parte de la demanda de estos activos (por parte del Banco Central), las tasas de interés aumentan, por lo que QT termina funcionando de manera similar a otras medidas de restricción de divisas. Según Jerome Powell, el recorte de balance anunciado por la Fed para este año (unos 520,000 millones de dólares o el 2.3% del PIB) equivaldría a un aumento adicional de 25 puntos base al precio oficial. Tomando esta sensibilidad como referencia, el QT equivaldría a una ganancia de 50 puntos a la tasa de referencia oficial para el año que viene.

En términos del impacto en los mercados financieros, QT, en primer lugar, ejercerá presión sobre la rentabilidad de los activos relacionados, es decir, los bonos públicos y privados, provocando una caída de sus precios (y un aumento de las tasas de interés).

Este efecto suele ser más fuerte en las partes media y larga de la curva, ya que los bancos centrales tienden a concentrarse en comprar bonos en esta parte de la curva, así el aumento récord de tasas tenderá a afectar negativamente los mercados accionarios por perjudicar los spreads operativos y aumentos en el coste de financiamiento de las empresas. Lo anterior también por efecto monetario impactará en un fortalecimiento del dólar.

 Los dos elementos mencionados en este artículos hacen de ingredientes perfectos de la parte financiera y monetaria para aderezar la posible formación de una crisis económica global gestionada a través del nivel general de precios de cada economía y los embates geopolíticos que se están manifestando en la actualidad, Rusia-Ucrania, precios de energéticos, precios de alimentos, disrupciones en cadenas de suministro, falta de medios intermedios, desaceleramiento de la economía China, sus conflictos con Taiwán, Europa del este en conflicto, aparición de nuevas modalidades de pandemia, la guerra por la tecnología digital, las elecciones en países hegemónicos como lo son las de EE.UU., el calentamiento global y sus consecuencias; falta de liderazgo internacional ante crisis y desacuerdos internacionales; problemas de crisis de empleo para las corporaciones ante cambios de hábitos de la mano de obra resultado de la pandemia.

 En fin tal pareciera que se está gestando la tormenta perfecta que dará lugar a un cambio estructural del orden mundial. Por lo pronto este escrito pretende solo resaltar los impactos de una Fed más agresiva con el resto de mundo y sus consecuencias en el ámbito financiero.

Por lo pronto este escrito pretende solo resaltar los impactos de una Fed más agresiva con el resto de mundo y sus consecuencias en el ámbito financiero.