¿El empresario nace o se hace?

COACHING

En mis talleres de planeación estratégica, la gran mayoría de los asistentes asegura que su sueño en la vida, es poner su negocio.

Desafortunadamente pocos lo logran; el 70% de las empresas, cierran antes de cumplir los 5 años y 9 de cada 10 pequeñas empresas, lo hacen antes de llegar al año.

Esta cifra lejos de paralizarte, busca que afines tu visión y derribes los mitos que existen alrededor de ser emprendedor:

1.- Naces siendo empresario

Se puede pensar que los empresarios nacen y no se hacen. Hay poco de verdad en esto. Es verdad que para ser emprendedor se requiere de carácter, disciplina, constancia, cualidades que te permiten poner tus horarios y responder cuando se necesita, sin embargo, estas habilidades también las puedes desarrollar si te comprometes. Si te prometes a ti mismo que es lo que más deseas hacer, tienes “hambre” de salir adelante y también necesidades económicas que cubrir. Sin embargo antes de lanzarte a la aventura, necesitas tener un buen “colchón”.

Los únicos empresarios que sí nacen siendo empresarios, son aquellos que reciben el negocio como herencia y deciden manejarlo ellos mismos. Aunque ni aún así se podría decir que nacieron para ello, muchos dueños de negocio meten a sus hijos desde que son pequeños para que vayan aprendiendo y “tomándole cariño”. Hay herederos que deciden que eso no es lo que les gusta, prefieren contratar a alguien y en el mejor de los casos trabajar para otra empresa. Digo en el mejor de los casos, pues existen personas que lo único que hacen es gastarse las utilidades del negocio para dejarlos en la quiebra.

2.- Necesitas mucho dinero para arrancar

Esto depende del negocio que tengas en mente, pues si piensas en un rentar y adecuar un local, además de contratar gente, pues sí requieres de un capital que te permita iniciar de manera digna, si este es tu caso, considera que la mayoría de los negocios, tardan un año en alcanzar su punto de equilibrio, esto significa que después de un año vas a estar en un punto donde ni ganes ni pierdas. Mientras eso pasa vas a tener que estar poniendo de tu dinero, para solventar los gastos, en lo que te haces de una reputación, los clientes comienzan a ser fieles y a recomendarte.

Por otra parte puedes iniciar casi en ceros, es lo que hacemos los consultores, asesores o instructores independientes. La inversión que hacemos la hacemos en nosotros, en prepararnos, capacitarnos para poder responder a los retos que las empresas nos piden.

Si este es tu caso, también se requiere de una inversión -pequeña- de inicio para hacer tus tarjetas, tu página de internet, tener medios de comunicación como correo electrónico y teléfono celular, aunque no tengas oficina, pues la nueva modalidad es trabajar desde tu casa. O bien puedes recurrir a las instalaciones que ahora rentan amuebladas, con tu línea telefónica, sala de juntas y con recepcionista incluida en el paquete.

Hay otra opción que consiste en distribuir y vender productos. Aquí entra las ventas multinivel, donde también requieres una pequeña inversión de inicio. Si decides entrar a uno de estos negocios, te recomiendo que sea un producto que realmente te guste y sea atractivo para muchas más personas, pues la mayoría de las personas hace la primera compra y ahí se quedan. Antes de tomar la decisión de entrar a un multinivel, pregunta a tus amistades si estarían dispuestos a comprarte el tipo de producto que ofrecerías y cada cuando, pidiéndoles incluso una primera compra “a ver si no hablan de dientes para afuera”.

3.- No tienes jefe

Si tu idea es independizarte porque estás cansado de lidiar todos los días con un jefe, estás en un tremendo error.

Es cierto que hay jefes que pueden ser muy abusivos, hirientes y hasta humillantes, sin embargo si tus ganas de salirte son para ya no tener jefes nunca en tu vida, te tengo una noticia: tener clientes puede ser mucho peor, pues necesitas estar disponible la mayor cantidad del tiempo posible, hacerles sentir que sólo trabajas para él, que siempre tiene la razón, adaptarte rápidamente y leer sus necesidades.

4.- Tú pones tu horario

Esto es cierto, tú pones tu horario, sin embargo en mi experiencia este horario en ocasiones nos rebasa -a algunos- que trabajamos de independientes  -a menos que tengas suficiente gente a tu cargo-. Sin embargo es importante que al menos al inicio, estés preparado psicológicamente a trabajar más que las ocho horas diarias que te exige la ley.

5.- Ganas más

Tener un negocio implica un riesgo, en ocasiones se gana, en ocasiones se pierde. La mayoría de las empresas tienen sus altas y sus bajas. Si eres constante, disciplinado y creaste un servicio o producto original y que le hace bien a mucha gente, seguramente sí ganarás mucho más dinero que estando en una empresa.

Recuerda que la ganancia no sólo es económica, también está la satisfacción de hacer lo que te gusta.

6.- Sólo haces lo que te gusta

Puedes imaginar que al iniciar tu propio negocio ya nunca más tendrás que hacer esas actividades que no te gustaban, como hacer análisis, reportes mensuales, presupuestos o balance de gastos contra ingresos -al menos eso no me gustaba a mí-. A menos que tengas gente que lo haga, algunas actividades, como la administración o la venta, son esenciales para el éxito de cualquier negocio.

7.- Se necesita mucha suerte

A muchos nos gusta creer en la suerte, puede sentirse como algo mágico y que nos llega del cielo, sin embargo, algunos expertos en mercadotecnia opinan diferente.

Ellos aseguran que antes de poner cualquier negocio, es importante hacer un estudio de mercado, esto significa que vas a evaluar si lo que planeas vender va a resultar interesante para muchas personas o incluso te dicen para qué perfil de personas o bien si el lugar donde te piensas instalar tiene el suficiente tráfico.

También es importante tener una imagen adecuada, fresca, moderna, que sea atractiva, creativa y congruente en todos los medios que uses, ya sea tan simple como una tarjeta de negocios hasta tu página de internet, volantes o anuncios en el radio o la televisión.

Mi recomendación es que antes de invertir en un negocio, inviertas en un estudio de mercado elaborado por profesionales. Puede ser alta la inversión, sin embargo a la larga te puede ahorrar muchos dolores de cabeza.

8.- Los negocios quiebran

Algunos negocios han quebrado, sin embargo los motivos son diversos, cabe esa posibilidad. Antes de emprender algún negocio y hacer un importante desembolso, asesórate con profesionales.

9.- Hay que ser creativo

 Si estás por lanzar un producto o servicio si es bueno considerar que ofrece beneficios diferentes a lo ya existente o bien que puede satisfacer la necesidad de muchas personas.

10.- Sabe a dónde quiere llegar

Lo ideal es que antes de iniciar un negocio, el emprendedor busque realizar un “business plan” o un plan estratégico que contemple desde el diseño del producto o servicio, su ventaja diferencial contra la competencia, los canales de venta y el perfil del comprador, los medios para darse a conocer, el sistema de administración y hasta el de cobranza y pago de impuestos.

11.- Tienes que vender

La mayoría de los negocios viven de las ventas.  Si no te gusta vender o cobrar –son cosas diferentes aunque ambas igual de importantes– puedes seguir trabajando para aquellas personas que sí les guste vender.

La venta no sólo es una transacción, para que puedas ser exitoso en este rubro es importante que tengas un verdadero espíritu de servicio, que ayude a la gente a solucionar sus problemas, que realmente creas en tu producto, pues la gente te compra a ti, por la confianza que tú proyectas, no tanto lo que vendes.             

12.- Hay que tener un socio

En algunas ocasiones te puede ayudar el compartir los gastos, el riesgo, sin embargo considera que  también se comparten las ganancias y las pérdidas.      

Si vas a tener un socio, es importante que todos los acuerdos que hagan queden por escrito, pues muchas amistades han terminado por malos entendidos o por sobrevalorar la relación o la capacidad de la persona.

Tener un socio no necesariamente te va a solucionar todos tus problemas, es más un “acompañante fóbico” pues lanzarse a la aventura de tener un negocio, puede ser muy atemorizante.

13.- Es para todos

Es para las personas capaces de enfrentar la incertidumbre económica, de apostarle a un sueño, son las personas que toman pueden ponerse metas y trabajar en cumplirlas sin importar horarios ni fechas de calendario. Si cometen un error, lo aceptan, asumiendo las consecuencias y buscando compensar a su cliente por ello.

Si realmente deseas emprender, es momento de derribar esos mitos que te limitan, invierte en ti, contrata un coach o un curso que te lleve de la mano ¡y adelante!