Si algo conocemos de los mercados es que la constante es el cambio, y como todas las cosas las finanzas deben adaptarse a los cambios geopolíticos, económicos, situacionales y también a los cambios generacionales. Dentro de este avance continuo de los engranes económicos, las nuevas generaciones parecen identificarse cada vez más con un tema que si bien no es nuevo, si representa una tendencia que solo seguirá creciendo en las preferencias de los inversionistas, la sustentabilidad en las inversiones.
¿Qué son las finanzas sustentables?
El Instituto Suizo de Sustentabilidad las define como cualquier servicio financiero que integre temas ambientales, sociales y de gobierno (ESG por sus siglas en inglés) dentro del criterio de elección de las inversiones y que represente un beneficio tanto para los clientes como para la sociedad en general. En el pasado y de manera personal diría que hasta antes de la crisis subprime de 2008, lo más importante eran solo los números de las utilidades de las empresas en las que se invertía pero poco a poco el foco de atención ha pasado a ser más complejo, finalmente si usted tuviera la opción de invertir en una empresa que mantiene programas sociales y beneficios ambientales y que no representa un cambio radical en el rendimiento contra otra empresa, probablemente lo haría porque representa un beneficio mayor. Esta es la razón por la que los grandes corporativos impulsados no solo por un autoconvencimiento sino por el cambio de las preferencias y la toma de decisiones tanto de los grandes fondos como de los inversionistas en general han puesto gran atención al índice de ESG.
La tendencia a invertir en este tipo de activo y a empresas con altas calificaciones ESG es clara, mostrado en figura 1.
Existen empresas financieras globales como MSCI y Blackrock que ya cuentan desde hace tiempo con índices y activos financieros enfocados en temas ambientales, sociales y de gobierno que han sido altamente exitosos y que representan una oportunidad de mantenerse a la vanguardia dentro de las opciones de inversión no solo de los mercados de capitales sino dentro de la deuda pues hay que recordar que los gobiernos de los países tienen la capacidad de emitir los llamados “bonos verdes” que son recursos orientados a proyectos que tienen que ver con energías sustentables o programas sociales (vivienda, agricultura, ganadería) con mejoras ambientales.
Por lo tanto hacia futuro podemos esperar que cada vez más fondos de inversión sumen a los índices ESG dentro de sus decisiones de inversión, y que las nuevas generaciones de inversionistas le den también más peso a los beneficios que las empresas representan dentro de sus proyectos de crecimiento llevando mayores recursos a aquellas que tengan un mejor desempeño tanto ambiental como social y por lo tanto entregando mejores resultados con una menor volatilidad.
Tal vez dentro de este análisis, sea el tema regulatorio del que podamos esperar más, si las normativas fueran más avanzadas en temas de enfoque a la sustentabilidad (por ejemplo con beneficios a las partes involucradas hablando de temas fiscales) seguro que la tendencia sería aún mayor. Pero a las leyes hay que darles su tiempo, seguro que llegarán poco a poco.
El juego financiero está cambiando, ya no solo se trata de que puedo obtener como beneficio personal de mi portafolio de inversión, sino poco a poco hacia ¿qué es lo que la sociedad puede obtener de las empresas en las que pongo mi dinero?, un fenómeno muy interesante que seguro cambiará el panorama financiero en los años por venir.
Si alguna vez se preguntó si el capitalismo podría evolucionar hacia algo que beneficiara a todos y no solo a los dueños del dinero, esta podría ser una respuesta viable. Lo invito como siempre a explorar las posibilidades de inversión que puede manejar en su portafolio respecto a los índices ESG de la mano de su asesor financiero certificado para obtener mayores beneficios.
Me despido hasta la próxima metáfora financiera…
