Una pelota de futbol fue capaz de frenar por unas horas el combate de la Primera Guerra Mundial al vivirse una tregua el jueves 24 de diciembre de 1914 que se extendió a la Navidad del día 25.
A este momento de acuerdo a reportes de la época se le llamó la “Tregua de Navidad”, ya que los soldados alemanes empezaron a decorar sus trincheras; luego cantaron villancicos en especial Stille Nacht (Noche de Paz), a lo que los británicos respondieron con cánticos en inglés.
Los ejércitos intercambiaron ropa, comida, platicaron en su idioma, enterraron a los fallecidos y mostraron fotos de sus familiares.
Habían pasado casi cinco meses del inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) donde participó la Triple Alianza formada por Alemania, el Imperio Austrohúngaro e Italia contra la Triple Entente integrada por Francia, Reino Unido y el Imperio Ruso (en ambos bandos se incorporaron otras naciones según avanzaba el conflicto).
Si retrocedemos en el túnel del tiempo a la franja de terreno que separaba las líneas de trincheras de los adversarios se le decía tierra de nadie que estaba abarrotada por ametralladoras, rifles, minas, alambre de espinos, así como cadáveres de militares y heridos.
Por unas horas los soldados tuvieron un acto de humanidad de dejar de agredir para arroparse con el espíritu navideño en la línea divisoria entre trincheras de los Campos de Flandes en Bélgica.
Este suceso está documentado en el periódico The Daily Mirror, así como en otros diarios y en el libro Silent Night: The Remarkable Christmas Truce of 1914 (Noche de Paz: la historia de la tregua navideña de la Primera Guerra Mundial publicado en el 2001), escrito por el norteamericano Stanley Weintraub, además; en la película francesa Noche de Paz (2005).
Se comentó que hubo más de un encuentro de futbol que se quedó en la memoria de aquellos soldados que libraron una batalla cruel donde muchos de ellos ya no regresaron a sus casas.
Algunos cuentan que aquel primer partido terminó 3-2 a favor de los alemanes, pero la realidad es que el marcador era lo de menos.
Aunque todavía faltaban algunos años para la realización del primer mundial de futbol en Uruguay 1930, el balompié como ha ocurrido a lo largo de la historia fue capaz de darle un sentido humano a todas aquellas personas que se jugaban la vida en aquel momento.
La “Tregua de Navidad” se inmortalizó con una estatua (diseñada por Andy Edwards en el 2012) que se exhibe en el estadio Britannia en Inglaterra. Allí se observa la camaradería de un soldado alemán y un inglés al saludarse con la mano, junto a ellos está un balón en medio y una leyenda que dice: “Todos juntos ahora”.
