En la actualidad vivimos bajo niveles de estrés exageradamente altos.
Si bien, es necesario un monto pequeño de estrés para poder hacer las tareas diarias y mantenernos alerta ante posibles amenazas del ambiente, la ansiedad, además de ser una respuesta emocional al estrés, puede convertirse en una reacción emocional de alerta ante una amenaza que puede originarse sin agentes estresantes, y de forma exagerada, lo cual ya es considerado como parte de un cuadro dentro del campo de la psicopatología.
En nuestro mundo moderno estamos sobreexpuestos al estrés, exigencias sociales, laborales y familiares que nos llevan a desarrollar ansiedad y muchos otros trastornos a nivel emocional como la depresión o la distimia que pueden tener repercusiones a nivel físico. Hoy sabemos que las cifras van en aumento de las personas que lo padecen, por eso es importante tener conocimiento sobre las principales causas de la ansiedad.
El estado de crisis ansiosa se da cuando el sujeto no se siente capacitado para poder resolver un problema o siente que la situación le sobrepasa, llevándolo a un punto de inflexión en donde se siente completamente inútil y desgastado.
El desarrollo de la ansiedad se puede generalizar en varias esferas de la persona como las áreas sociales, laborales, escolares e incluso familiares, pudiendo reducir el rendimiento del sujeto en las mismas e impidiendo el desarrollo psicosocial adecuado.
El desarrollo de fobias y ataques de pánico también son padecimientos que pueden ir de la mano en personas expuestas a niveles altos de ansiedad, teniendo como consecuencia la limitación para ejecutar las tareas diarias e incluso las más sencillas. Una de las características de la ansiedad es la procrastinación y un miedo a lo que pueda pasar en el futuro, además de un sentimiento constante de que las cosas saldrán mal, acompañado de pensamientos derrotistas y pesimistas.
La ansiedad es un trastorno que debe tratarse con un especialista, atacándolo desde el área médica y psicológica con el fin de deshacer los patrones de pensamientos que llevan al sujeto a tener esta clase de emociones y conductas infructuosas. Las causas de la ansiedad pueden ser múltiples, desde desajustes químicos a nivel cerebral, ambientes hostiles y carecer de una red de apoyo social / familiar.
Las implicaciones físicas son muy variadas debido a que cuando la mente es incapaz de poner en palabras o darle una solución a un problema se dispara el sistema de huida el cual es sumamente primitivo y en el pasado evitaba que fuéramos depredados, por lo que se activan mecanismos y segregación de neurotransmisores como el cortisol (hormona responsable de las reacciones de supervivencia y de mantenernos en alerta) que pueden tener repercusiones a nivel cardiovascular, cerebral e incluso ser los detonadores de enfermedades para las que ya existía cierta predisposición genética en el sujeto como el cáncer y enfermedades de tipo autoinmune y degenerativas.
Por eso es importante atender los síntomas de la ansiedad, ya que si dejamos que avance las repercusiones pueden ser graves y podría dar paso a trastornos psiquiátricos más severos, además también cabe recalcar la importancia de descartar cualquier tipo de padecimiento físico o enfermedad física (como el hipertiroidismo) que puedan estar generando estos patrones ansiosos.