En México perdura aún la tradición de aquellas reuniones familiares y vecinales de antaño llamadas “Posadas Navideñas”, en tiempos modernos tal vez se asemejan a una reunión de amigos o a una carnita asada pero en las más tradicionales no pueden faltar elementos clave como los canticos, los peregrinos, los buñuelos, las luces de bengala y sobre todo la piñata.
Cuando niños era todo un evento después de cumplir con la parte de los rezos, los cantos del peregrinaje y demás cosas de gente mayor, el formarte en la fila lo más pronto posible para esperar turno a golpear la piñata y con suerte romperla para obtener la mayor cantidad de dulces posibles en una batalla a piso (aunque sabíamos bien que al final tendríamos que compartir lo obtenido con los más pequeños). Los más hábiles incluso se hacían de alguno de los picos de la piñata para guardar ahí sus tesoros.
Me gustaría aprovechar el recuerdo de esas estructuras de carrizo en forma de estrella para compartir una idea sobre la diversificación de las inversiones, como usted sabe una de las claves del éxito para el manejo de patrimonio se basa en repartir el mismo en varios tipos de instrumentos, mercados y tiempos lo que conocemos como “diversificar”.
Las piñatas de posada normalmente se llenaban con colaciones, cacahuates, caña, mandarinas, chocolates en forma de monedas de oro, un sinfín de sabores texturas y colores para disfrutar.
En muchas ocasiones sucede que el dinero cuando comenzamos a invertir lo ponemos en pagarés o tasa fija o en algún fondo de inversión de corto plazo y como obtenemos algo de sabor agradable, lo mantenemos.
La pregunta aquí es ¿qué pensaría de una piñata que solo se llenó con cacahuates? O una que se llenó solo con caña de azúcar o solo con colaciones… seguro que se disfruta pero se pierde tanto la emoción de lo que obtendré como resultado de que se rompa o la posibilidad de intercambiar aquel dulce que no me gusta por otro que si es de mi agrado. Resultaría en ocasiones efectivo pero hasta cierto punto predecible y aburrido.
Imaginemos que la piñata representa el Sistema Financiero Mexicano y la gama de productos en los que podemos invertir desde pagarés de 28 días hasta productos derivados pasando por renta variable, divisas y activos internacionales.
Lo invito entonces estimado lector a tomar otro tipo de dulces, las inversiones no tienen por qué ser monótonas o mecánicas en el sentido de repetir cada vez lo mismo que nos ha dado un poco de resultado, al diversificar poco a poco siempre apoyado con el consejo y ayuda de su asesor financiero ayudará a la optimización de su patrimonio y por lo tanto a llegar a sus objetivos de inversión. Me despido hasta la próxima metáfora financiera…