Los himnos musicales y los mundiales

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Pocos deportes levantan pasiones, acaban relaciones y separan familias como el futbol, uno de los negocios más rentables concebidos por el hombre.

La industria de la música es también otro negocio millonario que a través de los años ha producido a destajo cientos de miles de sencillos, álbumes e inverosímiles colaboraciones, muchas veces pasando por alto la calidad.

Desde la tercer década del siglo XX, cada cuatro años llega un anhelado momento en el que resurge el nacionalismo, la gente corre a empeñar lo que tiene y lo que no, compran su playera y encuentran el modo de llegar a ver a su selección perder de nuevo como es tradición, o ganar cuando se trata de naciones consolidadas, ese evento es el mundial de Futbol de la FIFAque durante tres semanas de celebración, incertidumbre, decepción y algarabia generan una derrama billonaria para el país que organiza el mundial, misma FIFA, sus agremiados y centenares de empresas de servicios por doquier.

El mercado mundial de la música alcanzó en el 2021 un valor de 12.3 millones de dólares, creciendo 18,5% en 2021, impulsado por las plataformas de streaming, con más de 523 millones de usuarios, cuyos gustos son habitualmente manipulados por un algoritmo, convirtiéndose en una oferta de contenido avasallador. El mundial de fútbol se aproxima y haciendo a un lado las tradicionales expectativas de la selección mexicana, hay un tema musical igual de poco comprensible llamado “Hayya Hayya” (Better Together) la primera canción oficial del Mundial de Qatar 2022, melodía interpretada por el estadounidense Trinidad Cardona y el nigeriano Davido y Aisha, que busca llamar la atención con sonidos de actualidad por medio de un mal logrado coro que pretende recordar a Bob Marley pero no logra transmitir nada.

La historia de los mundiales comienza con el realizado en Uruguay en 1930, pero fue hasta Chile ’62 donde se crearon temas representativos del evento y el país anfitrión.

La banda chilena, The Ramblers y “El Rock del Mundial” vendió en su momento más de dos millones de copias y con ello nació una nueva forma de promoción y fuente de ingresos para que la música se convirtiera en un elemento casi obligado de la justa deportiva más celebrada del planeta.

Después de Inglaterra ’66 le llegó el turno a nuestro país con aquel inolvidable “Futbol México ’70”, ilustrado por el pequeño “Juanito ’70”, un curioso infante enfundado en la camiseta de la Selección Mexicana y estereotipado con un enorme sombrero, animado por aquel nostálgico tema compuesto por los Hermanos Zavala, que con ritmos de trompeta y tambores le dieron sonido al magno evento donde se transmitió a color y vía satélite el “Partido del siglo”, Pelé se convirtió en ídolo y se llevó a casa por siempre la copa Jules Rimet.

A Plácido Domingo le tocó interpretar el paso doble del mundial de España ’82, causando un enorme entusiasmo y como los mexicanos somos una nación tremendamente musical, durante el mundial de 1986 vimos a la selección alemana de Rummenigge y Schumacher interpretar “México mi amor”, al hechizo grupo copal cantar el tema de “Bienvenidos” y al equipo de Hugo Sánchez y Manuel Negrete cantar al estilo de “We are the world” el inolvidable “Equipo tricolor”, en cuya letra se congratulaban de tener ya el “trofeo de la amistad”, que lamentablemente sería el único que recibirían en el torneo.

Desde entonces los temas mundialistas han sido más fracasos que éxitos en los que han participado grandes figuras como el magnífico compositor italiano Ennio Morricone y la banda sinfónica municipal de Buenos Aires para Argentina 1978, o la canción “Un’estate italiana” co-escrita por Giorgio Moroder para Italia ’90.

La fanaticada es la que convierte canciones en himnos soportadas por los diversos géneros e idiomas y el momento y la época logran conectar la música con los corazones de los aficionados, como ocurrió con “World in motion”, creada por New Order para la selección inglesa en el ’90 y “La Copa de la Vida” de Ricky Martin para Francia ’98 o el incomprensible pero mega-pegadizo “Waka Waka” interpretado por Shakira para Sudafrica en el 2010. En gustos se rompen géneros y la música también es un estilo de vida.