Maldiciones o Bendiciones

COACHING

El día de hoy regresaba muy feliz rumbo a mi camioneta después de haber terminando mi competencia de Triatlón después de 2 años en pausa en este deporte que tanto me gusta.

Cuando entro a mi camioneta, me doy cuenta que no estaba mi cartera, la busqué por todos lados, hice memoria reviviendo los momentos que pase durante mi trayecto a las 6:30 am, recordando que la última vez que la vi, fue para pagarle al señor que “cuida” los carros del lugar. “Son 50 pesitos oiga” dijo, así me lo pidió cuando bajaba emocionado de mi camioneta ese simpático señor, abro la cartera le doy el dinero y confiadamente la dejo de nuevo en un compartimento de la puerta.

No había duda me robaron, estaba todo intacto solo la cartera faltaba, le escribo a dos compañeras de la oficina para que me apoyen cancelando las tarjetas, y nos damos cuenta que a cada una ya la habían vaciado por completo, TELCEL, SAMS Club de Gómez Morín y SAMS Club de Cumbres, cantidades tales que, cuando uno trata de hacer un pago así, tienes que pasar por un sin números de candados para que te lo autoricen.

En fin, en ese momento recordé al 50 pesitos y maquile en mi mente toda una historia de confabulación y mafia, imagine como cada uno de ellos se reía gastando con mi tarjeta y consumiendo cosas que yo me privo de comprar, pasaron por mi cabeza todas las maldiciones que me sabía, mi entorno me empezó a molestar y todo aquel hermoso momento que había vivido se convertía en un infierno de ira y pensamientos negativos.

Fue entonces que decidí cambiar la indignación y la frustración por sentimientos que me dieran paz, visualizando una aspiradora de malos pensamientos que me ayudaría convertir las maldiciones en bendiciones por el infierno constante que vive toda esa gente que se dedica a apagar grandes momentos dañando gente buena.

Este episodio en mi vida, por más coraje que género en mí, me trae grandes enseñanzas, la cuales no hubiera podido descifrar si no cambiaba las maldiciones por bendiciones Una a una llego a mí y las quise escribir:

1.- No contribuyas a utilizar lugares que no son estacionamientos públicos, aunque veas toda una logística de varias personas indicándote donde estacionarse. En este caso, el estacionamiento era CARL’S JR. de CINTERMEX. Qué me hizo pensar que CARL’S JR ¿va a tener su negocio paralelo de estacionamiento público de 6:00 a.m. a 11:00 a.m.?

2.- Siempre asegurarse si es parte del servicio del negocio.

3.- Nunca saques la cartera frente a quien le vas a pagar y mucho menos la dejes en tu carro.

4.- No culpes a todo el que te rodea de algo que te paso a ti, solo tu cometiste el descuido.

5.- Lo que te ocurrió ya es parte del pasado, el hubiera no existe.

6.- Al momento que maldices sigues alimentando la frustración y eso no va a arreglar las cosas.

7.- No cuentes constantemente la historia porque la vuelves a vivir.

Y por último, perdona. Al momento que perdonas y mandas bendiciones en vez de maldiciones abres la razón, descansa tu corazón y cambias el sufrimiento por crecimiento.