¿Un renacimiento de la televisión tradicional de entretenimiento?

TEMAS CON VISIÓN

La empresa Televisa estrenó el pasado 4 de junio, un remake del noventero Big Brother: “La Casa de los Famosos, México”. La fórmula ya la sabemos: un grupo de personas son ubicadas en un espacio donde deben convivir durante varias semanas y tratar de permanecer a salvo de nominaciones, o bien, gracias a los votos de un público que decide quién “vive” y quién “muere” en la transmisión.

Según nota de El Economista, “La primera gala de La Casa de los Famosos México se colocó como lo más visto en la programación dominical en la televisión abierta, al registrar un alcance de más de 12.7 millones de personas”.

En un contexto donde las redes han sido constantes en rediseñar los hábitos de consumo de entretenimientos, esta producción puede convertirse en el experimento que permita a Televisa, obvio, pero también a otras empresas, avizorar un futuro más prometedor, si aprenden las lecciones que las audiencias ofrecen, de lo contrario, será muy difícil enfrentar el panorama que se les viene.

En los pronósticos para México, se estima que para 2025 “el gasto de publicidad en Internet sea de más de tres mil millones de dólares, mientras que los de televisión lleguen a los mil 837 millones de dólares” (Anderson Ramires, 2021).

De todos los participantes, entre actores, cantantes y conductores, quiero destacar a dos influencers Poncho de Nigris y Wendy Guevara.

¿La razón?, aunque el regiomontano De Nigris ya tiene experiencia en este tipo de proyectos televisivos, lo cierto es que su carrera actual está soportada en el proyecto que mantiene con su familia en redes sociales, al igual que la influencer Guevara, con más de 1.6 millones de seguidores en Instagram, quien se dio a conocer con un video en 2017, junto a su amiga Paola Suárez, en el que aseguraban estar “perdidas” en un cerro de su natal Guanajuato.

El resto (de los iniciales), aunque están “a cuadro” y familiarizados con la exposición en medios, no logran comunicar ni conectar con audiencias que celebran y son fieles a un diálogo directo y abierto, con interlocutores que hacen de su vida y de su realidad cotidiana un tema digno de ser consumido, replicado, promovido y comentado por los otros.

¿Es posible que las redes le restituyan a la televisión audiencias e ingresos económicos? Todo es posible. Para Gary Hamel, considerado como uno de los hombres que más saben de estrategias de negocios, “Una visión innovadora no es el producto de la brillantez de un individuo. La innovación generalmente proviene de mirar el mundo a través de una lente ligeramente diferente”. Y en este caso (independientemente de la calidad de los contenidos que sería un tema que ya se ha discutido ampliamente), la innovación puede estar tocando las puertas una vez más de las televisoras nacionales que, esperemos, por su propio bien, esta vez sí atiendan.