Cuando se piensa en asertividad, se entiende que es una capacidad para afirmar los propios derechos sin dejarse manipular, y sin manipular a los demás. Es un estilo de comunicar en que se expresa de forma directa y clara, respetando a los demás.
La comunicación se permea a todas las relaciones humanas, cuando entramos en interacción con alguien más hasta aquellos momentos en que estamos en relación solo con nosotros mismos:
¿Cómo nos hablamos en nuestro interior? ¿Nos respetamos en nuestro diálogo interior? ¿O nos estamos dirigiendo mensajes que disminuyen la seguridad en uno mismo? ¿Nos decimos lo bien que actuamos o estamos en una constante crítica?
Ser sinceros con nosotros mismos es el primer paso para desarrollar asertividad en nuestro día a día. Así que analicemos los momentos en que nuestra conducta no es asertiva. Pensemos en los momentos en que no somos asertivos o mejor dicho hablamos mal a otros o somos pasivos y abusan de nosotros, ¿cuáles son los pensamientos que desencadenan esa falta de asertividad? Quizás estemos pensando como alguien más que ha influido en nuestra vida. ¿Estamos complaciendo a alguna otra persona al actuar así? ¿A qué le ponemos atención, en qué nos estamos fijando en ese momento en que no soy asertivo? ¿Vemos, escuchamos o sentimos algo en particular que nos impulsa a actuar de ese modo?
Al recordar estas situaciones difíciles para ti, ¿qué otra cosa podrías hacer? Piensa en qué haría que te detuvieras de actuar con falta de asertividad. Genera en tu pensamiento varias formas o conductas que te orientaran a ser asertivo. Hazlo en todos tus canales de percepción: lo que ves y cómo lo ves, lo que oyes con su volumen y su ritmo. Así como lo que sientes cuando te visualizas haciendo algo asertivo. Imagina tus acciones en el futuro, programa tu mente. Recuerda, genera opciones en tu mente, para que llegado el momento puedas actuar de ese modo.
En la organización actual, con el trabajo híbrido tenemos un reto más pues se ha abierto la puerta ante competencias comunicativas que se deben desarrollar para este tipo de labor. La comunicación se ha vuelto mayormente escrita, de pocas palabras y cada persona de acuerdo con su historia personal y su estado de ánimo al leer puede interpretar el mensaje. ¿Te ha pasado que tu mensaje tiene una interpretación diferente? Hay que cuidar lo que se quiere transmitir y lo que efectivamente se puede entender.
Es importante en la actualidad establecer una cultura de comunicación asertiva desde el momento que vivimos, es decir desde un trabajo híbrido, donde la presencia física no está la mayor parte del tiempo y la calidad de la comunicación es requerida para una eficiencia y eficacia de la organización.
Algunas recomendaciones para lograr mayor asertividad:
1. Podemos estimular entre todos habilidades comunicacionales que apunten a la cortesía y a una buena gramática lingüística, a evitar las expresiones de moda en las redes sociales. 2. El no estar presentes implica que debemos respetar al otro de una forma permanente. Aunque haya un dispositivo tecnológico de por medio, el trato es con otro ser humano y las buenas maneras estarán presentes. 3. El escribir por línea debe estar dirigido a un receptor, con un protocolo propio y que refleje a su vez la cultura empresarial, sus valores y que contribuyan a la buena prestación del servicio. 4. La red es un sitio de trabajo, y la comunicación debe ser como cuando es presencial: eficiente, inmediata y asertiva. Así hay que evitar escribir con abstracciones, y ser objetivo y concreto sin mucho adorno. 5. Generar sentimientos agradables y oportunidad de empatía, responsabilidad y compromiso es una posibilidad a nuestro alcance con una comunicación asertiva.
Recuerda: Asertividad es la capacidad de expresar de manera directa, opiniones, creencias, posturas, derechos, deseos y emociones de manera eficaz, sin violar los derechos de los demás.
