El tamaño de nuestros desafíos

COACHING

Cada uno de nosotros percibe la vida de manera diferente y conforme a nuestra educación vamos por el mundo trabajando, comiendo, durmiendo, hablando y dándole oportunidad a nuevas personas de conocernos; vemos las redes sociales y adoptamos los problemas y los enredos de gente famosa como tema de conversación, tenemos nuestros vicios y temores, y buscamos protagonizar momentos especiales.

La realidad es que poco nos sale como lo planeamos, especialmente cuando las decisiones importantes de nuestra vida se las conferimos a una tercera persona o cuando creemos que nuestra felicidad depende de los demás, sin entender que quienes forjamos nuestro destino y los que debemos trabajar para cristalizar nuestras ilusiones personales y profesionales somos nosotros y absolutamente nadie más.

Cada tropiezo nos hace crecer, nada mejor que aprender continuamente de las experiencias amargas que nos provocan dolor, es de ellas de donde debemos sacar energía para seguir adelante, porque si nuestras metas a largo plazo son chicas y convenientes, nuestra vida será exactamente igual.

Conforme pasa el tiempo me convenzo más de que a mayores desafíos, mayor desarrollo mental y por ello mayor confianza personal para progresar; un peldaño a la vez, pero siempre yendo hacia arriba en la escalera.

La práctica hace al maestro y si nos forjamos el hábito de auto-desafiarnos constantemente, a la larga cuando volteemos en el tiempo, nos daremos cuenta del brutal crecimiento que hemos tenido, porque lo que en su momento fue una primera meta compleja de lograr, después se verá como un trámite sencillo.

El tamaño de los desafíos que nos propongamos es directamente proporcional a la manera en la que estaremos forjando nuestra vida en todos los ámbitos que le corresponden, una mente que ambiciona, planea y trabaja ordenadamente para conseguir sus objetivos se convierte en un ser admirado y pasa a ser referencia de cosas positivas, de esos seres humanos que se ven cada vez con menos frecuencia y de los que tanto necesitamos en la sociedad actual.

Tener ideas grandes para hacer cosas aún más grandes es una de las misiones principales que debemos cumplir individualmente, podemos inspirar con ello a los demás, pero los principales beneficiados seremos nosotros al vernos evolucionar en nuestro nivel de autoconfianza y seguridad personal.

La grandeza es compleja de obtener, pero es posible lograrlo, se descansa poco y se trabaja mucho, pero ningún sabor se parece al del éxito cuando con satisfacción constatamos que nuestros triunfos, son producto del esmero, la disciplina, la honestidad y un esquema de planeación que constantemente nos desafió a ser mejores cada día, la acumulación de todas las experiencias, buenas y malas, es lo que va a propulsarnos cual cohete interestelar a procurar vivir triunfalmente cada día.