Entre aguinaldos te veas

ECONOMÍA

Estamos a unas semanas de la navidad y año nuevo, época, en que para muchas personas representa posadas, fiestas, alegrías, viajes y regalos, con preparativos donde tendrán deliciosos platillos, regalos electrónicos, otros tradicionales como la ropa, artículos de aseo personal, sin faltar los juguetes para los reyes de la casa; sin embargo existe otra realidad que pareciera nadie se da cuenta de ella, habrá familias con hambre, sin posadas ni fiestas, mucho menos regalos, ni siquiera de aquellos productos que por su origen son considerados de baja calidad, pero también carecerán de lo más preciado que tiene el ser humano, la salud.

Si, que difícil es la vida cuando no se tiene salud, esa que tanto se desea, te enfrentas a tantos retos inimaginables cuestionándote si serás capaz de superarlos y todo esto se complica cuando a tu alrededor todo es alegría y derroche.

No, no es una crónica de una telenovela o de un libro, es la vida de un pensionado enfermo, postrado en una cama o silla de ruedas, sometido a largos y dolorosos tratamientos y en el mejor de los casos, retirados por cesantía o vejez, que como cada año en esta época no pueden disfrutar de una navidad digna y todo porque nadie le dijo que su aguinaldo sería igual que su pensión y sí, así es. Este año más del 70.6% de los mexicanos pensionados o jubilados cobrarán menos de 4,999 pesos de aguinaldo; el 12.6% cobrarán entre 5,000 y 10,000 mil pesos; el 8.6% cobrarán entre 10,000 y 19,999; el 4% entre 20,000 y 29,999; el 2.3% entre 30,000 y 39,999; el 1.2% cobrarán entre 40,000 y 49,999 y solo el 0.7% cobrarán 50,000 o más.

De los aguinaldos que no hablo son de aquellos mexicanos de primera, porque en seguridad social en nuestro país hay mexicanos de primera y de segunda, tema que platicaremos en otra edición.

El consejo más importante que les puedo dar En estas épocas a los millones de trabajadores es que ahorren, ahorren en ese viejito que todos llevamos dentro y que no nos detenemos a mirarlo, a hablarle y preguntarle cómo quiere vivir su retiro, su vejez sin que pierda su dignidad, que no se vea sometido a la voluntad de otros, que logre su independencia económica, que no se limite a la ayuda del gobierno con una pensión que no podrá darle la vida digna que se merece después de tantos años de esfuerzo y de trabajo.

Que Dios te brinde la alegría de conservar la salud, dicha y felicidad que te mereces, te deseo una Feliz Navidad y un Prospero Año Nuevo.