Con la llegada del 2023, en el horizonte se ven solo oportunidades, y por encima de cualquier pensamiento optimista, el bienestar de nuestro ser depende de una sola persona que somos nosotros mismos.
Como ha sido históricamente, durante el 2022 muchas personas postergaron sus planes de mejora y superación personal hasta llegado el nuevo año y finalmente ese cuaderno virgen se abre ante nosotros para escribir el nuevo pasaje de nuestro derrotero individual. Pero ¿por qué dejar para fechas posteriores lo que se podría concretar de inmediato?
Nos cuesta mucho trabajo comprender que el tesoro más grande que tenemos en las manos y que podemos realmente manejar es nuestro tiempo, y las prórrogas personales no siempre son recomendables salvo que surja algún imponderable.
Conforme los años avanzan, con ellos aumentan las mañas y se acrecentan los malos hábitos en los cuales muchos de nosotros nos acabamos refugiando para después no realizar las ideas que llegaron a nuestra mente en un momento de inspiración. La clave para lograr todo aquello que nos propongamos se llama disciplina y tiene que ver con una sola cosa: verdaderamente lograr aquello que nos proponemos, y esto se consigue con el trabajo diario, sin perder el enfoque.
Desde luego que ser disciplinados no es fácil, por eso se convierte en una actividad tan retante que tampoco es para todos, pero sólo a través de ella es como convertiremos en actos concretos lo que originalmente fue un sueño o algo que imaginamos. Con la disciplina viene el enfoque, que nos obliga a no distraernos de aquella meta que nos hemos propuesto y finalmente el trabajo diario, porque toda meta mayor es producto de ir logrando día con día el cumplimiento de un objetivo en particular.
Ya sea que busquemos cambiar nuestro estilo de vida, ahorrar, diversificar nuestro portafolio de inversión, completar una carrera de larga distancia, iniciar un proyecto personal o terminar otro, siempre necesitamos de la disciplina para conseguirlo.
En materia económica el 2023 será un año sumamente complejo para México y el mundo y estar mentalmente preparados podrá hacernos más llevadero el impacto venidero, así que pensemos en un plan de crecimiento personal que nos motive para sacarnos de nuestra zona de confort y nos permita ver la vida desde una perspectiva menos derrotista y más constructiva y esto se logra solamente con un cambio de hábitos.
Adquirir el hábito de la disciplina es hermoso y significa el primer paso hacia la obtención del éxito. Para conseguir realizarnos no es necesario esperar a que empiece un año nuevo, sino todo lo contrario; el hoy y el ahora es lo más importante y de hecho, lo único cierto que tenemos, de manera que permitámonos en este año nuevecito transformarnos.
Escribamos 2 metas (una personal y otra profesional) y generemos una estrategia para alcanzarlas. Una vez que las hayamos cumplido vamos por otras 2 y así sucesivamente, nos demostraremos a nosotros mismos que podemos triunfar y así nos iremos transformando para bien.
Todo lo que vale la pena en la vida significa un reto, y es a través de la disciplina, el enfoque y el trabajo que lograremos vencer.
