Los terremotos ocurridos el pasado 6 de febrero en el Sur de Turquía y en el Norte de Siria, que costaron la vida a decenas de miles de personas, ocasionaron una de las peores catástrofes en lo que va del Siglo XXI.
Fueron 6 mil edificios colapsados. Imágenes dolorosas que reflejan la dimensión de esta tragedia. Y también algunas que representan el milagro, la esperanza, como la bebé que nació entre los escombros, al tiempo que morían todos los integrantes de su familia.
O las personas que aparecieron vivas, cuando ya habían transcurrido casi dos semanas. En medio de la crisis, ¿cómo ha sido la reacción de los gobiernos? En Turquía sabemos que hubo una respuesta tardía. Además, la corrupción ligada al sector de la construcción quedó evidenciada en los derrumbes. La consecuencia ha sido el dolor por la pérdida de tantas vidas humanas. Y todo esto ha catapultado el malestar social que ya existía desde antes de los terremotos.
En un intento por repartir culpas, el gobierno turco giró más de 100 órdenes de aprehensión contra personas relacionadas con la construcción de estos edificios, acusándolos de negligencia. La caída de algunos inmuebles ejemplifican las malas prácticas de construcción que ya habían sido denunciadas.
Esto nos hace recordar cómo se han manejado en México este tipo de contingencias. Si nos vamos a la historia reciente, es fecha que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, el INAI, ordenó a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, informar sobre cómo se ejercieron los recursos para atender los daños a la infraestructura estatal y federal por los sismos de 2017, incluyendo el detalle de los contratos, con cargo al Fondo de Desastres Naturales (Fonden). Estamos hablando de cerca de 20 mil millones de pesos, que al día de hoy sabemos cómo se ejercieron.
Décadas atrás, los terremotos de Septiembre de 1985. La respuesta del gobierno de Miguel de la Madrid fue tardía, que bien le mereció aquella penosa rechifla en el Estadio Azteca, durante la inauguración de la Copa del Mundo México 86. Fue entonces cuando se creó el Sistema Nacional de Protección Civil, que a la fecha cumple su objetivo.
¿Cómo tener mayor resistencia a los choques sísmicos y reducir la pérdida de vidas humanas?
Por ejemplo, en California, los terremotos han propiciado mejorar los estándares de construcción de nuevos edificios y la modernización de los ya existentes. Lo mismo en carreteras y autopistas.
La mayoría de los habitantes tiene una cultura de preparación para este tipo de contingencias, basada en experiencias anteriores. Saben qué hacer… cómo responder. No lo pueden evitar. Pero están preparados.
Sismos de esta magnitud han ocurrido y van a volver a suceder. La catástrofe en Turquía y Siria debe ser una lección para el mundo entero, particularmente para las ciudades construidas en zonas sísmicas o para cualquier otra región susceptible de enfrentar desastres como incendios forestales, lluvias torrenciales, inundaciones.
Nunca estaremos listos al 100 por ciento. Pero definitivamente, con una adecuada metodología de prevención y manejo de crisis, específicamente de preparación y de rápida respuesta a los desastres, el impacto será menor, mucho menor. Aprendamos de esta triste experiencia.
