Emprender para aprender 

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Siendo honestos, la crisis sanitaria del 2020 que afectó tanto a nuestro planeta puede verse de 2 maneras como cualquier historia personal o profesional. De ella surgieron grandes ganadores, grandes perdedores y lamentablemente muchos decesos en todo el mundo.

Por encima de las empresas de logística, tecnología y la industria farmacéutica, existieron triunfos en los campos del quehacer individual y con esto nos referimos a todas las almas que se llenaron de valor y decidieron emprender.

Llegado el 2023 y terminada la pandemia, seguimos escuchando a gente lamentarse y en pláticas de café se recuerda el hecho con razón, como algo funesto porque así lo fue, pero ya acabó y como sea nos tenemos que levantar.

Aquellos 2 años de incertidumbre y desesperación arrojaron al mercado productivo de México a 2 tipos de emprendedores, aquellos que fueron despedidos de sus puestos de trabajo y por otro lado a quienes viendo nuevas oportunidades decidieron abrir sus propios negocios por modestos o pequeños que fueran, sin importar su condición y mucho menos su posición social porque para emprender no hay edad, lo que se necesita es coraje, energía y determinación. 

Es comprensible que quienes ocupaban posiciones a nivel gerencial o directivo buscaran colocarse en un puesto similar, con un sueldo similar; pero la reducción de las plantillas laborales en los corporativos de las diferentes industrias nos demostraron que las empresas optaron por redistribuir funciones buscando ahorros y no recontrataron ya a los llamados “ejecutivos caros”.

Cuando nos aferramos en un momento económico como el que atraviesa nuestro país a tener lo que teníamos antes y a ser quienes éramos antes, vivimos en una total ilusión y está demostrado que el campo laboral en las cúpulas de liderazgo está saturado y las contrataciones se dan a cuenta gotas, de ahí que quienes ya no formen parte del “godinato de angora”, acostumbrados a dar órdenes y a dirigir grandes equipos de trabajo hoy se enfrenten al temible desafío de la reinvención.

Reiventarse significa primeramente mirar hacia nuestro interior y aceptar nuestra realidad, poniéndonos como objetivos nuevas metas que además signifiquen retos alcanzables, y emprender es una manera creativa y diferente de percibir el trabajo y la realización personal, es la mayor recompensa que podemos tener más allá del dinero, porque fue algo que logramos hacer por cuenta propia, con nuestros recursos y sobre todo con mucho valor; es por ello que al emprender lo que más haremos es aprender y cada tropiezo nos enseñará una lección diferente, misma que debemos escribir para que se convierta en un hecho que nos motive a seguir siempre adelante.

El momento de emprender en México es hoy, la oportunidad de reinventarnos como profesionistas se nos brinda a cada segundo también, y nadie va a iniciar un nuevo negocio por nosotros y mucho menos concretará alguno de nuestros sueños personales.

Valor, determinación y el diseño de una estrategia bien planeada es lo que necesitamos para percatarnos de que es posible y que si no pertenecemos a un sector de élite que nos asegure una vida desahogada económicamente, llegará un día en que lo tendremos que hacer y siempre será más inteligente llevarlo a cabo cuando tenemos la fuerza y la voluntad de aprender.