Javier Plascencia un chef multicultural, Baja California

LA ENTREVISTA LA SOBREMESA CON ALEXA

El nombre de Javier Plascencia nos remonta, inevitablemente, a Baja California. Es uno de los grandes promotores de este maravilloso destino mexicano, de su producción local que incluye desde productos del mar hasta cárnicos de granjas orgánicas, y de su gente.

Nacido a finales de los sesenta en Tijuana, lleva 35 años en la cocina. Su padre, Juan José Plascencia, pasó toda su vida detrás de los fogones y fue propietario de la pizzería Giuseppis, un clásico de la ciudad. Y bajo ese ejemplo, era prácticamente imposible que Javier no se acercara al fuego y a sus bondades gastronómicas. “Empecé cocinando comida mediterránea porque mi familia tiene restaurantes italianos, y después fui aprendiendo sobre cocina mexicana. Ahora me enfoco en una mezcla de ambas para crear la nueva cocina de Baja California, México”, señala.

En sus más de 30 años de experiencia, el chef ha sido testigo de una mezcla de culturas, que ahora se ve reflejada en su acercamiento a la cocina mexicana. Inició sus pasos en el aclamado Saverios, que dejó hace un par de años para enfocarse en sus proyectos actuales: Finca Altozano, Animalón y ¡Lupe!, en Valle de Guadalupe; Erizo y Caffé Saverios en Tijuana; Jazamango, en Todos Santos; Semillón, en San José del Cabo; y Animalón by the sea, este último una experiencia en el mar de Cortés cuya locación para degustar un fantástico menú es un agradable bote al atardecer.

El fuego es vital para sus platillos, y de hecho, continúa experimentando con nuevas técnicas para implementarlo.

“Recientemente hicimos una barbacoa de opah, un pescado endémico de California. Fue todo un reto, pues nunca lo había hecho pero quedó tan delicioso que me emocioné y a la gente le fascinó. Ahora nos estamos especializando en hacer ese tipo de técnicas donde se utilizan hoyos en las playas o en la montaña, una técnica ancestral que funciona muy bien para hacerlo al aire libre”, asegura. Coautor del libro Fuego, tercera entrega de la colección Grandes Chefs Mexicanos de Larousse Cocina.

Restaurante del aclamado Chef Javier Plascencia

 Valle de Guadalupe, Baja California Norte
Restaurante bajo un roble de más de 200 años en la región vitivinícola más importante de México.

LATIN AMERICA´S 50 BEST RESTAURANTS, premia actualmente en su selección a los mejores 100 restaurantes de Latinoamérica, Animalón con merecidos honores se encuentra en la posición 100.

El Valle de Guadalupe se ha convertido en uno de los destinos gastronómicos y de enoturismo más importantes del mundo

El Enoturismo o turismo enológico es un tipo de turismo enfocado en las zonas de producción vinícolas. Se relaciona con el turismo gastronómico, y con el turismo cultural dependiendo del carácter histórico o artístico de la industria vinícola en la zona como patrimonio industrial.

Pero hace algunos años, solo unos pocos fueron los que se establecieron y pusieron las bases para que el Valle sea lo que es hoy. Javier Plascencia fue uno de ellos, y celebra este pasado agosto su 6to. aniversario del RESTAURANTE ANIMALÓN. Se trata de un concepto de rancho de grandes dimensiones donde el chef Javier Plascencia, líder en aquel entonces en la restauración de Tijuana, apostó por una cocina de confort. Los pilares del proyecto fueron los productos locales y la cocina de humo, atardeceres con música en directo y un ambiente familiar que invita a quedarse desde la mañana a bien entrada la noche.

Desde que Finca Altozano abrió sus puertas, Javier Plascencia tuvo una obsesión: diseñar un restaurante de alta cocina bajo el gran árbol que se erigía como protagonista de sus tierras, un encino de más de 200 años. 6 años más tarde, Animalón surge como el único lugar del Valle de Guadalupe con una oferta de cenas degustación que cambia cada mes, al más puro estilo fine dining, cuya cocina está bajo la tutela de Oscar Torres.

Hotel Partana, el resort frente a Finca Altozano

Frente a Finca Altozano, se construyó un hotel boutique con vistas sobre los viñedos, y sobre estos, una alberca donde pasar las mañanas, antes de empezar la ruta por los viñedos o disfrutar del atardecer. Un hotel de apenas seis habitaciones que cuenta con todas las comodidades que necesitas para disfrutar tu estancia.